El Hotel en sí no está mal, es un tres estrellas Italiano. Lo mejor del hotel, el desayuno, abundante y variado, reponen cada poco y están pendientes de que no falte de nada. Había bollería, galletas, cereales, pan para hacer tostadas (mermeladas, mantequillas y quesitos), yogures, zumo (un poco regular) y máquina de café que hacía un rico capuccino. La limpieza de los baños era muy correcta y están nuevos, con secador pero no dejan champú sólo gel de baño. En las habitaciones había moqueta, con la consiguiente suciedad, auque no excesivamente. Los pasillos también estaban enmoquetados. Tienen dos ascensores pero durante nuestra estancia de 3 noches hubo un día completo en el que uno de ellos no funcionó y al día siguiente el otro, mantenimiento de los mismos, pero por lo que he leido en los foros debe ser habitual. La entrada en las habitaciones no fue hasta las 14 hs. y la salida a las 11 a.m., no me parece muy correcto, pero bueno. La situación del hotel es un poco engorrosa, aunque es una zona muy tranquila, parecía una zona residencial, para hacer turismo en Roma es un poco rollo porque dependes del autobús, que pasa con bastante frecuencia excepto domingos, festivos y noches que cambian horarios y recorridos. Un detalle que no nos hizo mucha gracia fue que nos hicieron pagar la habitación por adelantado, da la sensación que es para que no les dejes tirados, es la primera vez que me sucede. Fuimos tres personas y teníamos reservada una habitación triple, nos dieron una especie de apartamento para dos, al tercero le tocó dormir en el sofá-cama, bastante incomodo. Además las camas eran blandas. Lo buenos es que teníamos frigorifico y cocina con horno, aunque no la usasmos. En cuanto a los empleados menos una señora, los demás son encantadores y muy serviciales. Respecto a las instalaciones, las piscina estaba cerrada y el jardín no está mal. El precio me parece excesivo para estar donde está aunque ya se sabe que la estancia en Roma es cara, pero por un precio similar hay hoteles en Termini.…