Si lo más importante que busca en un hotel es la limpieza, esto es lo que necesita. Ubicado cerca del metro y de los tranvías, a poca distancia a pie del Euromast Parkhaven, este hotel está siempre tan limpio que se puede comer en el piso. Y esa es su única cualidad redentora. O si te gusta el ambiente de la universidad, también es bueno. Si se presenta por seis días con su pareja y tiene suficiente equipaje para usar ropa limpia todos los días, buena suerte. No hay espacio para guardar nada. Terminamos colocando la bandeja de café en el armario (de seis a ocho pulgadas de profundidad; sí, eso es, solo tres perchas) durante toda nuestra estancia para tener más espacio en el escritorio para nuestras cosas, condenó la silla del escritorio por una maleta y la mesa inferior para la otra maleta. Eso es todo por los muebles. No había cajones en ninguna parte El baño, aunque estaba muy limpio, era tan pequeño que a mi compañero le preocupaba que le rompiera el cerebro con el lavabo si estornudaba mientras estaba sentado en el inodoro, una verdadera amenaza. La única vez que pedí instrucciones sobre a dónde ir para tomar un autobús específico (si giramos a la izquierda o a la derecha para salir del hotel), la persona de la recepción abrió una página de Google Maps en su computadora, ya que no pudo ayudarnos. Ya ves, ella tiene un coche y conduce por todas partes. Tanto para la ayuda del conserje. Después de dos minutos, le dimos las gracias y regresamos a nuestra habitación para realizar la búsqueda en mi computadora portátil. Resultados más rápidos. Menos mal que fue una semana especialmente fresca ya que no hay aire acondicionado en este hotel, algo que dimos por sentado y no comprobamos cuando hicimos la reserva. El hotel ofrece un desayuno continental para 11. 50 euros, que nunca probamos. No hay restaurante, servicio a la habitación, y no permiten que haya comida afuera en las habitaciones, así que olvídate de tener algo entregado (¡probablemente por eso está tan limpio!). No volveré, aunque fuera un par de euros más barato que otros hoteles. Ciertamente no vale la pena el ahorro. Nadie, nunca, nos preguntó si éramos felices, si las cosas eran satisfactorias, no cuando nos registramos, no cuando nos fuimos, nada. Solo le preguntan a su número de habitación si llega tarde, no sé por qué. ¿Razones de seguridad? ¿Revisándote? Quién sabe, solo que sientes que te están vigilando. Sonríe cuando pasamos la recepción, eso es.…