Lo único que podría y supongo sigue salvando a este hotel en el archipiélago de San Blas es su maravilloso entorno paradisíaco , pero si tenemos en cuenta que se trata de más de 300 islas entonces ni siquiera su entorno lo salva, pues servicio y atenciones no se corresponden en absoluto con el precio. A la llegada estás obnubilado porque acabas de llegar en avión y las vistas desde el aire de las islas son maravillosas, el aeropuerto de llegada realmente pintoresco y auténtico y desde el mismo aeropuerto te subes en bote para llegar a la isla que componen unas 5 ó 6 cabañas y una especie de lodge donde se encuentra el embarcadero y el comedor, La cabaña hecha de cañas es auténtica si, tan auténtica que sólo hay luz 4 horas, que cuando llueve de noche entra agua entre las cañas que te despiertan porque te caen gotas en la cara, en el baño había cucarachas, el agua en la ducha se quedaba estancada y por supuesto no había agua caliente, y la que mal salía de la ducha era de un color marrón rancio. El precio indican incluye excursiones, una de ellas es una visita a un cementerio, NO ENCUENTRO ICONO DE SORPRENDIDA, y otra de ellas era ir a islas de alrededor a hacer esnorquel, pero atención, no había material para dicha actividad , no disponían de ella , según indicó el guía que nos recibió desde el primer día, ya lo ha comunicado a quien corresponda pero siguen sin tener. Cada vez que hay excursión tocan un cuerno para llamar a todos al lodge, uno de los días nadie llamó y cuando fuimos a preguntar no hubo respuesta, se encogen de hombros, no les apetecía salir vaya. En la isla junto con nosotros había una pareja que no hablaba castellano; en una de las excursiones el guía finalizó explicación inicial de pueblo de Playón Chico y dicha pareja al finalizar en castellano esperaba su momento en inglés, pero no llegó porque el guía nos dijo que el no hablaba inglés y que si nosotros se lo queríamos traducir que bien y que si no pues .... Comidas:: Cuando te sirven el desayuno el zumo no es natural, incompresible estando donde estamos, dan zumo de bote en vaso de tubo pequeño y sólo sirven zumo hasta la mitad y si pides otro zumo te dicen que es un extra a pagar. El embutido estaba seco y ya viene servido en el plato, y era de un sabor harto sospechoso. El agua tampoco está incluida y al cenar cuando pedimos vino blanco nos resultó imposible porque solo tenían una botella que ya habían pedido los de la otra cabaña, sólo habia dos cabañas en los tres días que estuvimos y nadie se preocupó tampoco de tener vino para el dia siguiente. COMIDAS Y CENAS, pescado y langosta, pero tal cual, del mar a la plancha sin aditivos, no sal, no pimienta , no limón, no especias, te lo comes porque tienes hambre POSTRE fruta es lo único que salva del hambre a los que aunque lo intentábamos no nos pasaba el pescado de la campanilla. El personal que está en cocina y sirve las ocmidas no entiende nada pero dice que si a todo, vamos que si eres alérgico a algo aunque se lo digas la palmas seguro porque asentirá pero luego pondrá lo que le venga en gana básicamente porque no entienden lo que les estás diciendo y el guía que está constatemente merodeante no hace nada por aclarar malentendidos. El guía era imprudente y estaba completametne abstraído. Las excursiones que escogía incluyeron visitas a islas donde había más basura que maleza. Tienen un gran problema con la higiene. Hay islas en las que la basura está ganando terreno al mar, NO ESTOY EXAGERANDO. Como contrapartida encuentras un papel en la habitación que indica que si no solicitas cambio de toallas y/o sábanas no harán nada para evitar el uso de detergentes ...., vamos que se están equivocando con esto del eco-turismo que usan para temas como el de las toallas y/o las sábanas, pero te vas al agua entre islas sacadas de la peli de piratas del Caribe y puedes encontrar flotando en el agua lo que menos te imaginas. si a todo esto le añadimos que te levantan 300 euros por día pues saquen conclusiones. PESIMO…