He estado queriendo escribir esta reseña, ya que este lugar era fantástico. Mi compañero de viaje y yo estábamos en la ciudad para una boda y decidimos alojarnos en este ser y ser versus un hotel. Mejor. La decisión. Nunca. Lo único que lamento no estaba alojado allí más tiempo, pero optamos por campamento alrededor de la Península Olímpica durante unos días antes de colocarse en la boda. Por desgracia, sólo estuvimos allí una noche, pero no hay duda de izquierda Coles una impresión duradera y espero volver. Al entrar en la zona, me sentí como transportado a Fern Gully. Si no has visto esta película de dibujos animados de mi infancia, creo que ciertas escenas de Avatar o Refr desde el retorno del Jedi. No había nadie en casa cuando llegamos, pero la puerta estaba abierto y había una nota en la puerta diciéndonos donde nuestras habitaciones. Ya la sala dieron la sensación de cálida bienvenida del hogar. Incluso antes de conseguir nuestras maletas decidimos explorar la zona y quedamos impresionados por todos los pequeños características desde el pequeño arroyo, al horno de pizza de leña, al colgar la navidad luces que bordeado un camino a otra casa. Todo estaba cubierto de vegetación y con musgo. Queríamos mirar hacia el árbol con un mural hermoso, pero pensamos que alguien pudiera estar allí y decidí no molestó mucho (una razón para volver! ). En vez caminamos a laberinto, que me recordaba de un sitio web, pero no me di cuenta que el propósito detrás de ellos hasta leer por casualidad introduciendo/sobre laberinto - caminando - meditaciones una semana más tarde (de nuevo, otra razón para volver). Las palabras inscritas o urrender' en la entrada y gratitud'' en el centro del laberinto hacen mucho sentido ahora! De mala gana, nos preparaba para la boda, y a la izquierda por la tarde/noche. A la mañana siguiente conocimos a nuestros anfitriones y algunos otros clientes. Todo el mundo fue muy agradable, con una buena conversación y el desayuno era increíble. Probablemente podría haber comido todos los popovers con todas las mermeladas caseras de blackberry (hecho de bayas frescas elegido), que fue seguido por un delicioso tomate, albahaca, queso y tortillas, junto con frambuesas y crema. Todo estaba delicioso y muy fresco. De nuevo, fantástico. De nuevo, de mala gana, sabíamos que teníamos que hacer las maletas y marcharme pero antes de salir pude tener una conversación con Jamee impresionante, lo que se tradujo en su ofrecimiento para llevar a casa uno de los muchos libros de meditación por Thich Nhat Hanh. Yo le pregunté a firmar el libro, que pertenecía a un querido amigo suyo que había fallecido. En su interior, después de escribir su nombre y el de ella, ella firmó "navegar en el alma dulce. "Uno de los mejores dichos. Me dejó un token oportunamente de gratitud que yo estaba llevando conmigo la cual enseguida se muestran entre los demás knicknacks. Fue el final perfecto para un fin de semana fantástico. Gracias de nuevo!…
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