Un hotel encantador para el verano, la pena es que nosotros fuimos en febrero. El hotel esta situado sobre un acantilado de piedras volcánicas precioso y puedes desayunar con estas magnificas vistas. Nada mas llegar nos atendió un señor mayor muy antipático que además se burlo de nosotros. Le dijimos si había piscina gratis y nos dijo que si, la piscina exterior que podríamos ir hasta las doce de la noche ( estábamos en febrero y con lluvia). La piscina interior tiene un precio de 30€!!!!, clarísima, no la usamos. Los exteriores del hotel, dan pena. Un cartel que le falta una letra, una calle oscura sin nada que ver, sin iluminación. La habitación no muy grande para ser un 4*, pero la cama inmensa y comodisima. Habitación con calefacción correcta y buena iluminación en el baño. Ducha ok. Una pequeña terraza con vistas al mar. El desayuno bastante pobre aunque tiene opción para celiacos. El café un asco como en la mayoría de hoteles. El interior del hotel muy bien, con muchos sofás y rincones agradables. La comunicación en transporte publica a Catania escasa y el parking del hotel correcto.Más
- Wi-Fi gratis
- Playa
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