Nos alojamos dos noches, del 5 al 7 de mayo.
Llegamos a las 13.00h. aunque la entreda en el hotel era a las 15.00h. Pero no tuvimos problemas. Fuimos recibidos por Balbina, la directora o propietaria del hotel (¡qué buena coincidencia!) que nos ofreció una habitación mejor de la que habíamos reservado.Teníamos una triple y nos ofreció una para cuatro personas. Eramos dos, mi madre y yo, así que tuvimos una habitación muy amplia.
Balbina nos mostró todo el hotel y siempre fue muy amable con nosotros durante toda la estancia.
El hotel tiene todo el encanto del mundo. Es pequeño y lleno de vegetación. Todo esta muy cuidado. La habitación muy limpia. Y un hotel ecologico: productos de higiene personal ecológicos hechos en México, placas solares... Así da gusto.
Los desayunos muy buenos: comimos toda la fruta que quisimos; café, pan, panckes y etc.
Balbina nos invitó a dos cocos que nos dejó en la nevera de nuestra habitación. ¡Qué rica el agua de coco fresquita!¡Todo un lujo!
Fue una suerte ir en mayo porque es la temporada baja y tuvimos el hotel para nosotros "casi" solos. Estuvimos toda una tarde en las piscinas y no vimos a nadie.
El hotel esta un poco apartado de la avenida principal pero no fue un problema; todo lo contrario: se respiraba paz. Teníamos un coche alquilado asi que se podía aparcar en cualquier sitio.
En fin, una estancia estupenda que pienso repetir en nuestro próximo viaje que espero que sea pronto. :)