Si hay algo por lo que destacar este hotel, sin ninguna duda, son las vistas. Pasar una noche en una habitación sin vistas a las cataratas, es pecado. Reservamos una suite, inmensa. Tenía tres estancias diferenciadas. Salón con ventanal y vistas brutales, cama gigante y muy cómoda, y baño con jacuzzi. Espectacular. Creo que pasamos más tiempo en el sofá del salón viendo la inmensidad de las cataratas, que durmiendo. Desayuno muy variado y completo. Máquinas de hielo y refrescos en todas las plantas.
El único pero que hay que poner al hotel, es que en la era de la tecnología, todavía tiene wifi de pago en la habitación, gratuito en el lobby. Starburcks asequible de precio en recepción. Piscina y Spa en sótano -1. Personal atento. Si tuviera que pasar otra noche en Niagara Falls, no lo dudaría, elegiría este hotel. Con vistas, por supuesto.Más
- Wi-Fi gratis
- Estacionamiento gratis