Camino de S. Pietro un Vincoli, saliendo del metro en Cavour, y al pie de la gran escalinata que hay en el trayecto te encuentras este local que sorprende por varias cosas en Roma. Lo primero es el cuidado aspecto del local y su estética moderna. La chica que atiende, única camarera, es muy amable y habla muy buen inglés (en el mundo moderno hemos de entendernos españoles e italianos en la lengua del imperio). El menú, incluyendo el precio, escrito en letras bien grandes en una pizarra que forma parte de la decoración. No hay muchas cosas pero las que pendamos estaban bien ricas (carne de buey, fetuccine con gorgonzola, gnochi con mejillones y sepia) e incluso nos hicieron una ensalada fuera de menú (no es alta cocina, pero fue un detalle). Sumamos 4 bebidas y una botella de agua, 2 cafés y una crema inglesa con higos caramelizados y casi viene lo más sorprendente: 61€, que en Roma no esta nada mal. Si pasan cerca y mientras hacen tiempo para ver a Moisés a partir de las 15 h. es una magnífica opción.
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