Excelente hotel, pequeño, trato muy familiar. Habitación preciosa, con vistas increíbles a los tejados de Cuzco. A un paso de la Plaza de Armas y la catedral. El desayuno bastante rico y la gente siempre amable, dispuestos a hacerte un té de coca. Altamente recomendable
- Restaurante
- Servicio a la habitación
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