El hotel cuenta con habitaciones muy cómodas, grandes, modernas, y geográficamente está muy bien ubicado. El espacio de la planta baja del hotel es muy pequeño, pero a pesar de ello, está bien distribuído y es funcional. No es necesariamente un hotel que supla las necesidades que a veces se buscan en un hotel con un centro de negocios (es más turístico), pero con la sala de reuniones y los servicios de impresión e internet, se puede trabajar bien, en caso de tener que hacer reuniones de trabajo en el hotel. Para trabajar en las habitaciones, hay espació suficiente y el internet funciona muy bien en todos los pisos.
El servicio y la atención son realmente muy buenos y todos los empleados se esfuerzan por hacer sentir al huésped a gusto, respetado y bien atendido. El winebar es más bien un pequeño restaurante-cafetería que no tiene muchos lujos, pero lo que realmente sorprende y vale muchísimo la pena del mismo, es probar los vinos y aceites de oliva que ofrecen y que se pueden degustar en las noches. El somelier está muy bien preparado y sabe estructurar muy bien y cuidadosamente cada cata de vino. Para el que quiera llevar vinos, las recomendaciones del somelier son muy acertadas, además que acá se obtienen buenos precios y se puede solicitar el Tax Free refund, que al final resulta muy conveniente para el viajero. La cocina, a pesar de tener una carta muy limitada, es de buena calidad y está concebida para maridar bien los vinos que ofrecen. El concepto es bueno y funciona bien.
Es un lugar muy recomendable!