Somos una pareja mayor y fuimos a Puerto Maldonado en función de sus ofertas en relación a la selva. Elegimos hospedarnos en este hotel y encontramos que superó nuestras expectativas. La ubicación es perfecta: en la Plaza Grau y su espectacular vista. Cerca de todo: del rio (está construido en su barranca) del centro (a 100 m), a una cuadra de Burgos (el mejor restaurant), de Los gustitos del cura (super económico y riquísimo todo), del puerto de donde salen las excursiones, del puente de la ruta interoceánica.
Son cabañas rodeadas de exuberante vegetación la cual está siempre bien cuidada por el personal y llena de innumerables pájaros. Tienen balcón con vista al rio Madre de Dios. El trato del personal excelente: muy cordiales, atentos y educados, muy conocedores de su oficio.
Se puede almorzar o cenar en donde sirven el desayuno disfrutando de un ambiente abierto, muy lindo y con buenas vistas.
Nos guardaron el equipaje sin ningún cargo cuando hicimos salidas a la selva.
En definitiva, muy conformes y desde ya volveríamos gustosos,