Este hotel es un sueño, no esperes lujos superfluos. El mayor lujo es beber una cerveza viendo la puesta de sol en tu terracita privada, mientras observas la actividad de los surfistas. Y dormir y despertar arrullado por el romper de las olas. Nuestra cabaña tenía dos dormitorios con sus baños, cocina, una salita y una terraza. El precio es algo elevado pero estás en la playa y cerca de tiendas restaurantes y cualquier otra necesidad. Teníamos también sillas y sombrillas de playa. Había conexión wi-fi aunque por momentos perdíamos la señal. Date el lujo! Pero ponte las pilas, no tienen mucha disponibilidad
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- Wi-Fi gratis
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