Lo mejor del hotel es que está presidiendo dos calas. Bajando unas cuantas escaleras (largas y algo difíciles para personas con movilidad reducida) encuentras dos playas de piedras minúsculas y de agua transparente. La terraza del hotel las preside, y es ideal para tomar algo. Lástima que la carta del bar sea reducida y un precio alto. El restaurante del hotel tiene un menú muy correcto y otro degustación algo más caro.
El buffet del desayuno es completo, pero el servicio es limitado y cada día había algo que se acababa: café, huevos, incluso era dificil encontrar vasos.
La wifi es rápida, no hay conexión con cable en las habitaciones pero yo no la eché en falta.
El servicio es atento, de lo mejor del local, se preocupaban mucho por nuestro niño pequeño.
Hay un párking en el establecimiento, a un precio razonable.
Tiene gimnasio, aunque está mal orientado, pues no tiene vistas de las calas. El spa es correcto y dejan entrar con bebés. Las camas de matrimonio, minúsculas, parecen individuales. Las habitaciones no son para tirar cohetes.
Repetiría por la localización, pero el hotel en si quizá no es acorde a las 4 estrellas que tiene. Las habitaciones están muy lejos de un 4 estrellas de ciudad.