El día comenzó en Old Navy del shopping de Playa del Carmen, ahí nos esperaba Alex para llevarnos en bus a Xel Ha a hacer el cambio de bus. En ese primer bus, Alex dejó caer dos veces su micrófono encima de mi marido, lo cual le dejó una herida en el tobillo derecho. Al hacer el cambio de bus, el nuevo bus era grande y estaba lleno. Eduardo el guía puso toda su intención en que el viaje fuera óptimo. El tema es que tardó muchísimo en darnos desayuno, y éste era escuálido, nada más un sándwich mediano, un quequito y un jugo pequeño. Luego habló mucho, todos querían dormir y él hablaba y hablaba, eso no me pareció bien. La primera parada fue el cenote, menos mal que ahí había cafetería y pudimos desayunar bien, luego bajamos al cenote. De partida, te cobran el locker, lo que a mi modo de ver debería venir incluido considerando el valor del tour. Una vez que bajas, está llenísimo, la gente se tira piqueros al agua, mete bulla, y nadie le dice nada, o sea para reales amantes de la naturaleza no es el lugar ideal. Además había gente fumando cigarros ahí mismo. No obstante el cenote es precioso y lo disfrutamos. No olvides llevar tus propias toallas y zapatillas de agua.
Luego fuimos a Xichen Itzá, la verdad estuvo increíble el tour de Santos, él es un guía de origen maya y aprendimos muchísimo con él, fue muy completo, casi una hora de aprendizaje. Finalmente nos dieron una hora libre en donde uno alcanza perfectamente a recorrer lo que más te gustó y sacar fotos. Realmente le doy 10/10 al tour dentro del recinto arqueológico.
La última parada es Valladolid en un restaurante bufet abierto. El problema es que el bus se estacionó lejos y había tanta lluvia que se inundó el pueblo y fue asqueroso caminar por esas calles de agua negra, mis sandalias se estropearon por completo. Creo que el bus podría haber sido más diligente en ese sentido, dejarnos bajar más cerca y luego ir a estacionar. La comida fue deliciosa! El mejor cerdo de mi vida!
Finalmente regresamos en dos buses al lugar donde comenzó todo en Playa del Carmen