En un día lluvioso en Georgetown, esta era la actividad perfecta para hacer con los niños. Nuestros adolescentes disfrutaron diseñando sus propias botellas de vidrio como otros niños más pequeños allí. Para empezar con el diseño, fusionarlo en la botella y tener un recuerdo personalizado fue genial en sí mismo, pero una vez terminado, el piso de arriba se llenó de divertidas ilusiones que eran mejores que el museo de arte trucado 3D en el camino. En general, esta fue una excelente experiencia y bien vale la pena una visita.

El precio de la entrada fue de 72 RM para 2 adultos y 2 niños. Primero nos llevaron al segundo piso para tomar fotos con supuestas imágenes de "ojo de truco", pero en realidad eran de segunda categoría. Ni siquiera tenemos ganas de mantener las fotos en nuestros teléfonos después de tomarlas. Luego, nos llevaron al primer piso y nos mostraron una rápida demostración de 30 segundos de corte de vidrio. Muy decepcionante. Luego nos dijeron si queríamos decorar nuestras propias piezas de vidrio. Nuestros niños garabatearon en piezas de vidrio precortadas con marcadores permanentes. Los adultos retiraron trozos de calcomanías de los trozos de gafas precortados, de modo que las partes restantes que no estén cubiertas por la calcomanía se chorrearán con arena. Nos llevó menos de 5 minutos. Solo descubrimos que teníamos que pagar 20 RM por las 4 piezas de vidrio precortado (3 cm por 6 cm). No mucho dinero, pero no fue nada significativo.