El bungee es una experiencia increible. La naturaleza por si misma llena tus expectativas pero el servicio es pésimo. Nadie en el equipo te recibe con un saludo agradable, ni te brindan información. La recepcionista se limita a cobrarte el servicio y nada más. La actividad de bunge toma como 20 minutos por grupo, pero mientras esperas los guías no te explican nada, no te dicen con que medidas de seguridad cuentan etc, los baños estan lejos, y no hay donde sentarse. Sin embargo, si les preguntas tus dudas ellos te contestan. Fuimos el tercer grupo de nuestra hora y tuvimos que esperar 3,5 horas. Los guías dijeron que el primer grupo habia hecho varias actividades y que eso había tomado mucho tiempo. Así que hay que tener paciencia. No te permiten llevar tu celular para tomar fotos o videos de una actividad que ya cancelaste para practicamente obligarte a pagar por las fotos o videos que ellos ofrecen. Si lo llevas tienes que pagar una tarifa por llevar tu propio celular. Si quieren tener sus recuerdos haganlo, pues nosotros decidimos que ibamos a pagar por sus fotos o videos y luego de esperar casi una hora, al preguntar al encargado de las fotos nos dice QUE LA COMPUTADORA O LA TARJETA LOS ELIMINÓ Y QUE DESECHARON LA TARJETA. Al preguntar si se podía hacer algo al respecto la empresa del bungee dice que el manejo de las fotos y videos no tiene nada que ver con ellos y no se hacen responsables de nada. Su unica ayuda fue pasarnos el contacto del encargado de las fotos, quien luego de mentirnos durante una semana mientras los mensajes iban y venían diciendo que estaban trabajando en recuperar las fotos y videos dice: GRACIAS POR SU COMPRENSION NO HAY NADA QUE HACER. Sentimos desinteres total de ambas partes por lo que pasó en nuestro caso. Lamentamos mucho elegir esta empresa para hacer nuestro primer bungee, no volveremos nunca más. Como costarricenses quedamos muy decepcionados con la experiencia y lamentamos que muchos extranjeros que esperan disfrutar del pura vida tico sufran lo mismo y se lleven una mala experiencia.
Nicolai y Natalia