Es un museo enorme, con varios pisos con gran cantidad de obras, por lo que puede resultar muy agotador, lo ideal es aprovechar los asientos que hay en cada piso para poder disfrutar lo que el museo tiene por ofrecer. Hay servicio de baños y son limpios. Tienen obras excepcionales, vale la pena la visita. Al no poder ingresar ni comida ni bebida, hay que hacer una fila después de pasar seguridad para que guarden tus objetos.