Haciendo honor a la frase “El amor entra por el estómago” nos adentramos a una experiencia que fue simplemente cautivadora desde el inicio cuando nuestro guía Christian nos recibió con gran entusiasmo en el lobby del hotel invitándonos a abordar una van donde ya iban a bordo una linda pareja que nos acompañaría durante todo el recorrido.
Una vez abordo y después de presentarnos a nuestros acompañantes nos dirigimos a nuestra primera parada, no sin antes recibir una extensa y muy amena charla de la gastronomía mexicana y de las delicias que nos esperaban en cada uno de los restaurantes que visitaríamos, cuyos nombres omito para que al igual que nosotros se maravillen del encanto de cada uno de ellos y de la esencia que los hace simplemente únicos.
En cada uno de los restaurantes que visitamos Christian nuestro guía nos fue reseñando cada uno de los platillos y bebidas que estábamos por degustar, además con un toque de encanto, humor y elegancia fue haciendo que cada una de estas experiencias fueran cada vez más amenas y emocionantes, despertando aún más nuestro interés para nuestra próxima degustación.
Así entre charlas, platillos y bebidas el tiempo fue transcurriendo hasta llegar a nuestra tercera parada, un restaurante mexicano donde probamos unos ricos tacos y una bebida a base de mezcal, donde la música del mariachi nos hizo sentir aún más orgullosos de nuestra tierra y una muestra más del porque todo mundo ama a México.
Como colofón fuimos a probar uno de los postres más emblemáticos de la región, las deliciosas marquesitas, mientras convivíamos con decenas de personas que se divertían en la plaza principal de Cancún conocida como “Las Palapas”, donde el folclore estuvo presente a cada paso que dimos.
Fue así como disfrutamos de una experiencia que nos hizo conocer un mundo completamente diferente y único en Cancún: El encanto de su gente, la riqueza de su gastronomía, la delicia de sus bebidas, y el amor por México, todo de la mano de Cancún Food Tours.