A veces te toca este tipo de lotería, encontrarte con personas que comparten su pasión y saben transmitirla. Tuvimos la suerte de que nos enseñara su casa el dueño de la colección, un personaje singular, apasionado, generoso y divertido. Fue una auténtica experiencia, en todos los sentidos, una visita llena de historia, anécdotas, risas y auténticas joyas del vidrio, cristaleras, muebles...Málaga es maravillosa, si vais no os perdáis esta casa museo, y si coincidís con Gonzalo Fernandez Prieto, seguro que os acordareis y compartireis mi opinión.