Una catedral nunca defrauda, y tampoco lo hace la que presume de ser la más reciente de España (la convirtió en catedral Juan Pablo II en 1980). Eso si, no pude subir a la torre. Espectacular estructura, que ya maravilla desde fuera, su interior es como se puede esperar de este tipo de edificios.
Y escapas del calor. Entrada 6 €. Como muchas de las atracciones actuales, sustituyen la audioguía por el código QR en el móvil. Eso sí, por favor, llevaos auriculares porque es incómodo estar escuchando el mismo discurso en distintos idiomas y simultáneamente.