Aunque siempre es muy loable la función de un museo, que permite al público admirar obras de arte y objetos que de otra forma no sería posible, en éste nos quedó la percepción de que el precio de entrada (más de 5 dólares al tipo de cambio actual) es un poco caro para lo limitado del acervo expuesto. Si bien la colección es interesante, pues muestra diversas pinturas y esculturas de la época colonial de los siglos XVI, XVII y XVIII, son más bien pocas y las instalaciones mal iluminadas e incluso algo descuidadas (hay algunas salas vacías que lucen sucias y que sería mejor tener cerradas, para evitar dar mala imagen). Sin embargo, no me arrepiento de haberlo conocido y es quizá de los museos más interesantes del lugar.