El lugar se encuentra a 40 minutos del centro de Parras, pero vale la pena el trayecto. Ya en el viñedo te das cuenta que no escatimaron en gastos, el buen gusto se nota desde la decoración hasta en la calidad de sus vinos. El restaurante excelente! Solo la empanada de Ribeye cuyo relleno estaba muy seco, pero lo demás muy bueno. El día que construyan un hotel ahí mismo será algo espectacular…