Es un lugar verdaderamente mágico, desde el momento en el que llegamos la atención en el Hotel fue increíble, procuraron siempre darnos la mejor atención, saber si estábamos agusto o si necesitamos algo para mejorar aún más nuestra estancia. El personal es increíble todos con una sonrisa y todos con una gran disposición para hacerlo sentir mejor de como estaría uno en casa.
El Restaurante es una delicia, el ceviche es algo increíble, me encantó saber que por ejemplo los mariscos se compran a productores pequeños y que protege las especies marinas y cumplen con las leyes de pesca responsable.
Las habitaciones son increíbles, todos y cada uno de los detalles son pensados para el disfrute y comodidad de quienes los visitamos.
La reserva como tal nos puso en contacto con la naturaleza, durante el recorrido nos contaron sobre proyectos de reforestación en los que están trabajando y detalles sobre la flora y fauna que encontrábamos.
Sin lugar a dudas es un lugar que recomendaría a ojos cerrados y espero poder visitar en otras oportunidades porque vale la pena.