Nuestra estancia en el hotel fue maravillosa, en general nos encantó la gran variedad de comida en cada restaurante, la presentación y los sabores, en comparación de otros hoteles, este ha sido uno de los mejores en cuanto a alimentos, lo que no fue tan agradable es el hecho de tener que hacer reservas para la cena pues la capacidad qué tienen en los restaurantes es muy poca para la gran afluencia qué hay en el hotel. La gran mayoría de los anfitriones qué nos tocaron en cada restaurante siempre fueron muy atentos y amables. La comida en Pez Vela no estuvo mal, pero tampoco fue la mejor, tenía el sabor qué debía tener, pero no ese plus y el toque especial que lo hace diferente a los demás, el servicio fue muy tardado y considero que deberían tener opciones de salsas para acompañar los alimentos, pues como Buenos mexicanos nos hizo falta poder acompañar la comida con ese toque picante. En Blue Moon nos atendio Manuel y Jonathan y el capitan, las recomendaciones qué nos hicieron para maridar el vino fue una muy buena elección junto con los alimentos que elegimos. En Sakura pudimos probar la comida del Chef Jesus, Santiago como nuestro mesero y Luz la Hostess quien nos ayudo a reservar nuestro desayuno al siguiente día en Margarita, también fueron muy amables y atentos durante el almuerzo, sin duda las bebidas de la carta hacen un excelente contraste con los alimentos. En Margarita olvidamos anotar los nombres de todos, pero las recomendaciones qué nos hicieron para el desayuno fueron muy buenas, la comida muy rica y mis favoritos fueron los churros. En el restaurante Steak Didier fue quien se encargo de nuestro servicio, todo fue excelente y la bebida sorpresa que nos llevó estuvo muy refrescante. En cuanto al servicio en la cafetería y la heladería no fue el mejor, pues las atienen de mala gana, respondiendo algo groseras y con mala cara. Las actividades en la alberca también estuvieron muy bien, solo recuerdo el nombre de Danielson por no ser tan común y al chico que siempre estaba en el micrófono. En el Boliche nuestros anfitriones fueron Teresa y Marco en el bar, también siempre muy amables y atentos. La chica de Guess Services también fue muy amable y nos ayudo a reservar un restaurante la primer noche y a darnos la información más clara sobre el modo de hacer reservaciones, pues la recepcionista Tania no fue tan clara y el momento del check in fue algo frío, se fue sin decir "ahora vuelvo" y ahí nos quedamos preguntándonos a donde había ido... Ale, la chica de las fotos, es la mejor, pues tiene un buen ojo para los ángulos y las fotos que nos tomó fueron las mejores. Y bueno como no todo siempre es perfecto a pesar de que las habitaciones son muy bonitas a primer vista, tienen muchas áreas de oportunidad pues el sofá siempre estuvo lleno de polvo, desde la llegada e incluso después de que realizaron el servicio de limpieza, los cajones del escritorio no se cierran ya qué chocan uno con otro, el colchón ya esta rotó, muy sucio y ya se siente lo hundido de cada lado por el uso constante, en general todo en la habitación rechina la base de la cama, lo cual no nos dejó descansar del todo, pues al moverse todo rechinaba, la bañera tiene marcas de sarro por las fugas de agua qué tiene, el inodoro tiene un pésimo olor a "baño público" qué nunca se va, cada ves que necesitabamos hacer uso de este, debíamos rociar perfume para no sentir ese pésimo olor, el barandal del balcón también se sentía muy flojo y si te recargas de siente como se mueble y rechina. Al caminar en las aéreas comunes y sobre todo en los pasillos de las habitaciones también notamos muchas áreas de oportunidad en cuanto al mantenimiento y limpieza. …
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