Desde hace muchos años me congratulo de ser un cliente Ambassador de los hoteles Intercontinental en todo el mundo. Guardo especial recuerdo de las vistas del Intercontinental Tokyo Bay, de las impresionantes suites del Intercontinental Berlin, de la ubicación excepcional del Intercontinental Prague y del Intercontinental en Manhattan, del gran buffet del Intercontinental Paris y del extraordinario personal del Intercontinental Madrid. Pero faltaba el de Barcelona (reconvertido del Crowne Plaza a un IC de 5 estrellas). Así que un viaje de negocios propició el encuentro. Y no puedo más que agradecer la ocasión de visitar un hotel novísimo (con ese olor que desprenden los coches a estrenar), con habitaciones impolutas y un servicio impresionante, recién estrenado y, sin embargo, enormemente preparado. En breve… toda una sorpresa. Judith (con o sin hache: no lo sé) en la recepción y David, oficiando la restauración, nos ofrecieron (a mí y a mi mujer) un recital sobre cómo debe ser de excelente un servicio de cinco estrellas: atención inmediata, empatía respetuosa, respuesta profesional y, sobre todo, responsabilidad hostelera en cada acción dirigida a nosotros, sus huéspedes. Estuvimos alojados en una suite (magnífica, por cierto) y no pudimos disfrutar de los beneficios diferenciales (por el espacio usualmente exclusivo) del “Club Lounge”… porque todavía no estaba terminado; pero, en realidad, sí los disfrutamos en el espacio que el hotel habilitó en el lobby a tal fin: champagne, servicio atento e impecable, snacks variados y completos a media tarde y, sobre todo, un servicio atentísimo y en absoluto intrusivo. En los desayunos, los huevos Benedict y los “a-la-florentina” (con espinacas) resultaron estupendos, así como la fruta (fresquísima y sabrosa como no recordaba en ningún hotel, de veras), y la amabilidad del servicio acompañaba todo esto… de sobra. ¿Y en la habitación? Pues el mismo nivel de servicio, para lidiar, sobre todo, con el hecho de que la mayoría de las cosas están por ser probadas (como la conexión externa por streaming de los televisores, por ejemplo). Pero todo discurrió con suavidad, porque el servicio fue, en todo momento, amable y atento. Así que, pese a nuestra costumbre de no comer donde nos alojamos, el último día cedimos al ambiente de amabilidad reinante en el hotel y decidimos aventurarnos a probar el zancarrón asado para dos (a baja temperatura)… y poco más. Buena elección, diría yo. Y excelente servicio, de nuevo. He de decir, al final, que el servicio de este hotel, personificado en Judit(h) y David y en el resto innominado del personal que nos atendió, estuvo muy por encima de cualquier otro hotel Intercontinental que hayamos visitado, y más bien, salvando las obvias diferencias, a la altura de otros hoteles (como el Royal Mansour de Marrakech o el Hiiragiya de Kyoto). Yo quedé encantado; y mi mujer también. Así que… ¿qué se podría decir más?…
Increible Hotel 5* totalmente reformado. Recepción checkin muy rápido y ágil. Desayuno muy bueno con platos calientes a la carta incluidos. Spa muy tranquilo y limpio. El Bar precioso y una carta de cocktails fantástica. STodo acompañado por un personal muy profesional y siempre dispuesto. Repetiré sin dudarlo este verano.
Hotel de 5 estrellas que supera expectativas, alojarnos en el Intercontinental Barcelona ha sido una experiencia que no olvidaremos, sin duda la mejor opción de Barcelona con una gastronomía, instalaciones y un servicio de matricula de honor.
El hotel es muy bonito limpio, ordenado los empleados muy amables y responsables. Las habitaciones muy ordenadas limpias y el bufet muy bueno tiene todo tipo de variedades. Muy recomendable para el próximo viaje me vuelvo a hospedar aquí
Diria que són las habitaciones más grandes que he visto nunca, la estándar creo que son unos 45 m2, camas inmensas, doble colchón, almohadas comodísimas y un montón de detalles que te hacen disfrutar del lujo. Desayuno espectacular( huevos Benedict increíbles) así como el resto del buffet, embutidos ibéricos, pan y bollería recien hecha y zumo y café auténtico. A destacar el personal, tanto de recepción como restaurante y pisos. Un lujazo!!!!
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