Como anfitriona de los primeros Juegos Olímpicos de Invierno en 1924, Chamonix siempre contará con un lugar en los libros de historia. Sus principales atracciones son el Mont-Blanc (la montaña más alta de Europa Occidental) y las muchas zonas de esquí frente al valle de Chamonix. Las laderas empinadas y las condiciones climatológicas extremas son más apropiadas para los esquiadores experimentados, pero también hay pistas para principiantes. Solo tienes que asegurarte de que todas las personas de tu grupo distinguen un círculo verde de un diamante negro. Ah, y otro apunte para los libros de historia: Pierce Brosnan estuvo aquí filmando una película de James Bond (“El mundo nunca es suficiente”).

La Costa del Sol yuxtapone hermosos pueblos antiguos mediterráneos y parques nacionales tierra adentro con resorts de playa bien desarrollados. Famosa por ser la ciudad de nacimiento de Picasso, Málaga sirve como puerta de entrada a las paradas favoritas para las familias, tales como Benidorm y Fuengirola.

Las aguas color zafiro de Cefalonia están impregnadas de historia. La gran isla griega fue el hogar de Odiseo, el legendario rey aclamado en La Odisea de Homero. Afortunadamente, no te llevará diez años llegar a ese lugar. Explora las encantadoras cuevas de Drogarati, navega hacia Ithaca en un bote con fondo transparente o maravíllate con artefactos antiguos que están dentro del Museo Arqueológico de Argostoli, en el pueblo principal de Cefalonia. O simplemente, puedes esconderte de todo en una de las tantas calas con playa privada de la isla.

La imagen que guarda la mayoría de la gente de Noruega es la que corresponde a la zona donde se asientan los Fiordos Occidentales, con sus profundas vías fluviales de inmensa belleza que esculpen los glaciares de la edad del hielo. Aquí también se encuentran muchas de las cascadas más altas del mundo, lo cual añade más esplendor si cabe. Es una región increíble para hacer cruceros, senderismo, pesca, ciclismo, rafting, canoa y esquí de verano, además alberga fascinantes ciudades como Bergen, Stavanger y Alesund, donde se pueden realizar un sinfín de interesantes actividades urbanas de una naturaleza muy singular.

Asuán, en la orilla oriental del Nilo, es una de las ciudades más idílicas de Egipto. Situada al sur del país, es un fantástico lugar para conocer la épica historia nacional, lejos del caos de El Cairo. Navega en una tradicional felucca de madera alrededor de la Isla Elefantina o desembarca y explora las ruinas del Templo de Khnum. (Nota: nuestra lista se hizo antes de que la situación política en la zona hiciera que muchos países advirtieran a sus ciudadanos que era mejor no viajar a Egipto. Dado que la tensión sigue, lo mejor es que consulten con las autoridades antes de viajar.)

Con una línea del horizonte de aspecto tan ultramoderno es fácil olvidar que Dubái, parte de los Emiratos Árabes Unidos, fue en algún momento una pequeña ciudad de comerciantes beduinos. Hoy en día, lo antiguo se mezcla con lo nuevo: en el hipódromo Nad al Sheba corren camellos por el día y purasangres por la noche. Las tiendas de última moda y electrónica tienen tanto éxito como el zoco de oro. Una muestra de los más de 400 restaurantes te permitirá saborear la diversidad étnica de Dubái. Disfruta de las playas, el golf, lugares históricos, la vida nocturna y las célebres tiendas libres de impuestos de Dubái.

Nairobi, conocida como la capital de los safaris de África, es una ciudad moderna y llena de energía que ofrece una fascinante introducción tanto a la naturaleza salvaje como a la vida nocturna. Los clubes de música, las tiendas y los mercados están a tope de vida, y te tentará un mélange de restaurantes en este antiguo pozo de agua de los masai. Las principales atracciones son el museo Karen Blixen, el Centro de Jirafas y los rinocerontes negros del Parque Nacional de Nairobi. Por el compacto centro de la ciudad se puede pasear con seguridad y para otras zonas se puede tomar un taxi.