Quebec puede ser la única ciudad fortificada al norte de México, pero espera con brazos abiertos a los visitantes. Explora la ciudadela, donde posiblemente encuentres a las tropas canadienses haciendo una ceremonia militar. En cuanto a la comida, podrías disfrutar de un té por la tarde en el Chateau Frontenac o hacer como los lugareños y comprarte poutine al paso: papas fritas con requesón y salsa de carne.

La Ciudad de México, que surge de las ruinas de la capital Azteca, Tenochtitlan, ofrece una combinación única de vida contemporánea y preservación histórica. Los museos, restaurantes y parques de primer nivel compiten con los remanentes de varias culturas. Por más que no sea tu estilo de viaje, no puedes dejar de lado la vida nocturna, los centros comerciales y la historia.

San Diego encarna la cultura relajada de California, con su rambla, sus comunidades de surf y excelentes opciones de comida mexicana. Respira el aire fresco del océano en Sunset Cliffs Natural Park, luego prueba un taco de pescado fresco en un puesto de mariscos en La Jolla. Los aviones militares del Museo USS Midway te tendrán en posición de firme. Un concierto gratuito de domingo en Spreckels Organ Pavilion es la forma perfecta de relajarte luego de un recorrido de bares el sábado anterior en el emocionante Gaslamp Quarter.

Desierto y mar conviven en Puerto Peñasco, un lugar de escapada en el golfo de California. Los mercados de pescado y marisco, las calles tranquilas y las playas de arena han conservado el encanto tradicional de esta ciudad portuaria. Hay de todo y para todos los gustos, desde parques naturales y deportes acuáticos hasta complejos turísticos de lujo.

Al contar con uno de los tramos de playa más extensos de México, no es de extrañar que Mazatlán ofrezca una variedad tan envidiable de experiencias en la playa. Los surfistas hallarán grandes olas, mientras que los bañistas pueden relajarse en solitarios tramos de arena dorada. Si buscas elegancia sin pretensiones en un entorno romántico, este es tu destino vacacional. La zona hotelera está enmarcada por la majestuosa Sierra Madre y ofrece playas doradas, marisco fresco y belleza natural. Por sus prístinas playas y suntuosos hoteles, y por las pintorescas haciendas de la vieja Mazatlán, quien visita esta ciudad disfruta de nadar, el surf, hacer turismo y la animada vida nocturna.

El diminuto parque nacional de Pembrokeshire Coast, una zona de 583 km2 al suroeste de Gales, fue reconocido como parque nacional en 1952 y comprende una gran parte de la costa de Pembrokeshire, así como sus islas, y las colinas de Mynydd Preseli. Escarpados acantilados y formaciones de roca costeras sirven de hogar a una ruidosa población de gaviotas, delfines, ballenas y focas. Monta en bicicleta, haz senderismo o navega en kayac por su espectacular costa. También son populares el avistamiento de aves y la escalada.