Ubicada cerca del límite entre Bélgica, Luxemburgo y Alemania, la ciudad ribereña de Metz es una ciudad nacida de múltiples influencias. Su elegante casco antiguo está esculpido en piedras color miel, mientras que la arquitectura de estilo alemán domina la colonia Quartier Impèrial. Además, la famosa escena gastronómica de la ciudad ofrece un menú intercultural.

La segunda ciudad en tamaño de Baden-Wurttemberg tras Stuttgart es Mannheim, que se ubica entre las confluencias de los ríos Rin y Neckar, y es una ciudad extraña en términos alemanes en lo referente a su diseño, dado que está formada por cuadriculas, siguiendo el modo de ciudad que se ve habitualmente en los EE.UU. El diseño en cuadrícula de la ciudad data de 1606 y parte de la fortaleza de Friedrichsburg, que luego se convertiría en el Palacio de Mannheim. En la actualidad, alberga en parte a la Universidad de Mannheim. La icónica Torre del agua de la ciudad y el parque Luisenpark son atracciones que no hay que perderse.

Justo al norte de Frankfurt, a los pies de las montañas Taunus, Bad Homburg ha sido apreciado por sus baños sanadores desde el siglo XIX, cuando acogió a realeza de Europa y del mundo entero. Por supuesto vinieron también por su casino, al que a veces llaman "la madre de Monte Carlo". Hoy en día, tanto el original Parque Spa (o Kurpark) como el Bad Homburg Casino siguen allí, y los visitantes también disfrutan del castillo Bad Homburg y su Torre Blanca. Al noroeste de la ciudad está Saalburg, un fuerte romano restaurado.

Como centro del transporte, Frankfurt está acostumbrada a la gente que va y viene. Para aquellos que desean parar y quedarse un rato, hay muchas cosas para ver y hacer en esta ciudad alemana de 2,000 años de edad. La catedral gótica de San Bartolomé es una estructura perseverante, que fue destruida y reconstruida dos veces desde su construcción en el siglo XIV. Mira una proyección en el Museo Alemán de Cine, camina por las salas de exposición de una de las tantas galerías de Frankfurt o subí hasta el último piso del rascacielos Main Tower para disfrutar de amplias vistas de 360 grados de la ciudad.

Nerja, situada en el extremo este de la Costa del Sol, cuenta con 16 quilómetros de playas de arena fina donde se puede hacer esquí acuático, submarinismo y vela. Aunque está todo orientado al turismo, no proliferan los rascacielos y se puede disfrutar del paisaje mediterráneo en su amplio paseo.