Conocida por sus maravillas de restauración, Bath fue alguna vez el hogar de Jane Austen y, al caminar por sus calles, te sentirás como un personaje de una de sus novelas. Aproximadamente 5,000 edificios de la ciudad son prueba de su importancia arquitectónica. Después del paseo, sumérgete en las aguas calientes naturales del Thermae Bath Spa, que alguna vez fue el favorito de celtas y romanos.

Cheltenham era el típico pueblo tranquilo hasta el descubrimiento de una fuente termal en 1716, tras lo cual se convirtió en la ciudad de baños termales más famosa de Gran Bretaña (algo así como Palm Springs, pero sin los casinos.) Los lugareños tienen fama de ser adinerados y respetables, y si te das una vuelta por el paseo verás de primera mano sus maravillosas casas, tiendas y jardines. Tras probar las aguas de la Pittville Pump Room (la “Sala Bombeadora” de Pittville; un nombre insuperable para un spa), puedes echarle un vistazo a la galería y el museo de arte para ponerte al día sobre la historia social de Cheltenham.

Llamado así por la piedra de color miel que se usa para construir sus aldeas, Cotswolds les ofrece a los visitantes la experiencia inglesa por excelencia. La zona abarca cinco condados y cuenta con algunas de las casas de campo, los castillos y los paisajes más impresionantes de Inglaterra. Además, su gran cantidad de pubs hace que sea más fácil experimentar la auténtica hospitalidad inglesa.

Templadas brisas oceánicas, playas de arena y palmeras Torbay que se balancean aportan al pueblo inglés de Torquay un toque mediterráneo distintivo. Torquay es más que un sitio de playa, ofrece un enorme aviario costero y las famosas cuevas prehistóricas Kents Cavern Prehistoric Caves. Agatha Christie pasó la mayor parte de su vida aquí y en la ciudad hay ahora muchas compañías cinematográficas. Con una historia literaria tan rica, Torquay puede ser el sitio perfecto donde terminar de escribir esa novela o guion, o donde relajarse con un buen libro de misterio.

Mientras que los turistas se amontonan en Venecia, Florencia y Roma, Bolonia permanece tranquila. Esta ciudad universitaria medieval es encantadora e histórica, y explorarla te resultará divertido. Y notarás que el tipo de cocina local de Bolonia está a años luz del fiambre americano que lleva el mismo nombre.

Asentada en un valle cuyo nombre original significa “final del mundo habitable”, esta ciudad turística del bajo Himalaya florece en verano y durante su famoso Festival Dussehra en octubre. No se pierda el templo de Raghunath, construido en 1660 en honor a la deidad patrona del valle, Señor Ram. A menos de cuatro kilómetros, se encuentra el templo Jagannathi Devi al que se accede tras una subida de 90 minutos y desde donde se obtienen unas vistas panorámicas de la zona alpina. También se conoce a la ciudad por sus chales, mantas y zapatillas de lana tejida.