Lugar de interés de la costa de Emilia-Romaña, las aguas definen las orillas de Cesenatico: Leonardo da Vinci diseñó el canal portuario más importante de la ciudad, y las playas doradas delimitan su costa adriática. Además, un museo marítimo local y un parque acuático complementan la oferta.

Situada cerca de Rávena, Milano Marittima es un punto de referencia entre las tranquilas ciudades turísticas que bordean este tramo del mar Adriático. Más allá de sus playas, el exuberante parque natural de la ciudad y la Casa delle Farfalle (Casa de las Mariposas) son algunos de sus principales atractivos.

Es uno en una constelación de elegantes pueblos resort que rodean el Lago de Garda (el lago más grande de Italia): Desenzano del Garda es famoso por su villa romana, su castillo y su museo arqueológico. Además, está a solo un corto viaje desde ciudades más grandes, como Brescia y Verona.

Hay playas para todos en Paros: familias, parranderos, amantes de los deportes acuáticos, aquellos en luna de miel. Cualquiera encuentra su perfecto lugar en la arena dorada. La misma briza que acaricia los naranjos y granados dará potencia a tu sesión de kitesurf o windsurf. En la capital de Parikia, asegúrate de rendir homenaje a “la iglesia de 100 puertas” de Byzantine (Panagia Ekatontapillani) y visita las ruinas de la costa de un castillo medieval construido de los restos de mármol de un templo antiguo.

Con el telón de fondo de postal de sus arenas doradas, montañas con bosques y kilómetros de océano azul, no es ninguna sorpresa que Fethiye esté entre los puertos de cruceros más visitados de la Costa turquesa de Turquía. El pueblo en sí mismo es igualmente atractivo, con sus paseos frondosos frente al mar, sus animados bazares y sus ruinas antiguas.

¿Que tenéis en común las águilas calvas, las ballenas que migran, la minería, Alexander Graham Bell y tú? Cabo Bretón, eso es. Con oportunidades de aprendizaje en cada esquina, la isla es una ecléctica mezcla de historias. Escucha música celta en los pubs del Ceilidh Trail, vislumbra la vida militar del siglo XVIII en Fortress Louisbourg y revive las aventuras de los primeros inmigrantes escoceses en el museo Highland Village de Iona.