Entre Biarritz y la frontera con España, el pueblo pesquero de San Juan de Luz, situado en el Atlántico, armoniza el encanto vasco con unas playas agradables para toda la familia en la bahía. La temporada alta aquí tiene lugar en julio y agosto, así que, si quieres evitar las hordas de turistas, reserva fuera de temporada u organízate para llegar a la playa a primera hora de la mañana.

Bilbao es el mayor puerto de España, y su sexta ciudad más grande. Miles de visitantes se acercan hasta ella solo con el firme propósito de ver el edificio que aloja el museo Guggenheim, aunque cabe decir que la ciudad tiene muchos otros museos interesantes, si bien no tan célebres. Si lo que te apetece es un poco de cultura y buena comida, no te lo pienses más.

Situado a los pies de los Pirineos occidentales, cerca de la frontera con Francia, el País Vasco español comprende tres provincias: Guipúzcoa y la popular capital costera de Donostia-San Sebastián; Vizcaya, cuya capital es Bilbao, alberga el asombroso Museo Guggenheim diseñado por Gehry, y Álava, cuya capital es Vitoria-Gasteiz, rebosa de arquitectura medieval. Correr los encierros de Pamplona y beber vino de Rioja de las bodegas de la zona forman parte del exótico romanticismo de la región. Viaja a principios de verano y en otoño para evitar las aglomeraciones.

Logroño permanece sin descubrir entre los viñedos de La Rioja, por lo que ofrece el sabor del norte de España sin las multitudes de sus vecinos vascos. En este antiguo pueblo junto al río, una asombrosa avalancha de bares de tapas ofrece pinchos del tamaño de un bocado y vino tinto local.

La Riviera francesa conserva el sabor de la Belle Époque gracias a sus playas soleadas que parecen interminables, sus ciudades con encanto, sus suntuosos yates y sus famosos visitantes. La mayoría de las localidades se recorren mejor a pie, pero para desplazarse entre pueblos y ciudades es mejor utilizar la económica y fiable red de ferrocarriles. Lugares de fábula como Saint-Tropez, Niza, Cannes, Antibes, Villefranche-sur-Mer y Saint-Jean-Cap-Ferrat atraen a los viajeros a la estela de Picasso, Matisse y Bizet. Más de cien museos y 150 galerías mantienen viva la tradicional llama artística de la región.

Harrogate es conocida también como "El spa inglés". Desde hace siglos, los turistas van en manada a las fuentes termales minerales. En la actualidad, esas fuentes continúan reconfortando el cuerpo, mientras que los tranquilos jardines de RHS Harlow Carr y el parque nacional Yorkshire Dales estimulan el alma. Salas de té, arquitectura y galerías de arte son los principales pasatiempos en esta agradable ciudad. Con cuatro estaciones de trenes que facilitan el transporte, los viajeros pueden viajar en trenes que comunican entre Harrogate y York, Leeds, Knaresborough y Londres.

Circundando la frontera tanzana del sur de Kenia, El parque Amboseli National Park está situado al noroeste (con vistas espectaculares) del Monte Kilimanjaro, el pico más alto de África y la montaña aislada más alta del mundo. Es tanta su riqueza de flora y fauna que ha sido declarado por la UNESCO Reserva de la Biosfera. El hábitat que predomina en las praderas abiertas de la sabana de Amboseli rebosa de animales salvajes, incluyendo elefantes, ñus, guepardos, cebras, jirafas, impalas, babuinos e hipopótamos, sin olvidar las 400 diferentes especies de aves.

Teniendo como telón de fondo las azules y brumosas montañas de Great Smoky Mountains National Park, Pigeon, en Tennessee, es la entrada a las 200 mil hectáreas de naturaleza en los Apalaches. Si lo suyo no es recorrer a pie 1288 kilómetros de senderos y acampar en bosques antiguos de gran densidad, diríjase a Dollywood para divertirse de otra forma. Fundado por la reina del country, Dolly Parton, Dollywood incluye montañas rusas, toboganes de agua y conciertos bluegrass y góspel, con una feria rural.

Blue Ridge, la entrada a las Montañas de su mismo nombre, alberga preciosos lagos y espectaculares montañas. Integrada en los Apalaches, la cordillera Blue Ridge lleva su merecido nombre por su color azulado que resulta más visible desde la distancia. Es un lugar estupendo para hacer senderismo, relajarse o sencillamente disfrutar de la serenidad que reina. Las montañas son un regalo para aquellos que quieran darse una escapada tranquila.

Matheran es una región muy centrada en el cuidado del entorno, uno de esos escasos lugares del mundo por donde no pueden circular los vehículos, lo que la hace diferente a las demás. Su paisaje está salpicado de unos 38 miradores, incluyendo el panorámico que te proporciona unas vistas de 360 grados de todo el entorno y de la ciudad de Neral. Hay un tren desde Bombay que te lleva hasta Matheran atravesando un pintoresco paisaje. Acércate a las ruinas del Fuerte Prabalgad, una zona con abundante flora y fauna.