Conocida como el punto de acceso a la Costa del Sol, Torremolinos es una ciudad de estilo moderno que aún preserva los seductores encantos de las tradiciones andaluzas. Aquí los visitantes disfrutan de más de 300 días de sol al año, temperaturas agradables (una media de 19 ºC/66 ºF) y 7 km de playas a lo largo y ancho de la resplandeciente costa mediterránea. Aparte de disfrutar del mar y la arena, los viajeros tienen la oportunidad de recorrer el barrio pesquero de “La Carihuela” y probar su cocina local, en la que se incluye el pescaíto frito, el plato más famoso de la región, en cientos de restaurantes y bares.

Como lugar de nacimiento de Pablo Picasso, Málaga también podría llamarse la cuna del cubismo. Es una de las ciudades más antiguas del mundo, fundada en el siglo VIII por los fenicios. No es sorprendente que Málaga sea una ciudad artística, donde puedes presenciar exposiciones de vidrio y cristal, de autos clásicos, de instalaciones contemporáneas y, por supuesto, de las obras de Picasso. Camina entre los bananos y las hermosas fuentes del Paseo del Parque para después visitar la antigua ciudad y calmar tu sed en una taberna española.

La ciudad de Marbella, situada en la elegante y soleada Costa del Sol, ofrece pistas de su pasado árabe que se mezclan con los servicios de un centro de vacaciones moderno. Disfruta de las playas de la Fontanilla o de los parques acuáticos, temáticos y zoológicos de la zona, dirigidos sobre todo a un público familiar. Disfruta del tranquilo encanto de Andalucía en su centro histórico, ocupado por casas encaladas, fragantes naranjales y los restos de una fortaleza árabe del siglo IX. Para rematar el día, qué mejor que un ajoblanco (la típica sopa fría de almendras de la zona) y una copa del excelente vino dulce local.

La Costa del Sol yuxtapone hermosos pueblos antiguos mediterráneos y parques nacionales tierra adentro con resorts de playa bien desarrollados. Famosa por ser la ciudad de nacimiento de Picasso, Málaga sirve como puerta de entrada a las paradas favoritas para las familias, tales como Benidorm y Fuengirola.

A diferencia de muchos de sus vecinos costeros, la tradición cultural sigue siendo fuerte en Estepona. Con más de 12 millas (20 kilómetros) de costa llena de palmeras y un casco histórico famoso por su decoración con coloridas flores, este pueblo portuario es, sin dudas, uno de los más hermosos de la Costa del Sol española.

Lo más sorprendente de Ronda es el Puente Nuevo, que se erige sobre un imponente tajo de más de 100 metros. ¿Te gustaría saber cuándo se construyó? Pues nada menos que en 1793, con lo que te puedes hacer una idea de lo poco que ha cambiado Ronda en estos casi tres siglos. Ronda también es conocida como el lugar de nacimiento de las modernas corridas de toros. El coliseo taurino de la localidad sólo se usa una vez al año, durante su Feria Goyesca, pero alberga también un museo en el que puedes aprender acerca de la historia de esta (controvertida) tradición.

La peculiar arquitectura de Andalucía y sus pequeñas poblaciones siempre bañadas por el sol hablan de la antigua presencia musulmana en esta comunidad autónoma de clima seco y relieve montañoso al sur de España. Las temperaturas en primavera y otoño son agradables, e ideales para visitar la catedral de Sevilla, la mayor estructura gótica del mundo, así como la mezquita de Córdoba, con más de 1.200 años de antigüedad. Los espíritus románticos adorarán Granada, donde se conserva el palacio-fortaleza de la Alhambra, un lugar que ha inspirado a muchos escritores, entre ellos al poeta Federico García Lorca. No deje de disfrutar de las aguas y playas de la Costa del Sol.

Las orillas del lago Ginebra han atraído a visitantes e invasores desde hace milenios. La alegre ciudad de Ginebra se encuentra en la orilla occidental del lago, rodeada por el marco incomparable que constituyen las majestuosas cimas cubiertas de nieve. La ciudad resulta perfecta para recorrerla a pie; si desea explorarla más a fondo, alquile una bicicleta. El colofón de cualquier itinerario debería ser la visita de la orilla del lago y su famoso surtidor, el reloj floral del Jardín Inglés, la catedral de San Pedro, el Muro de la Reforma, la Place Neuve y la sede de las Naciones Unidas.

Cuando la mayoría de las personas piensan en Zermatt, se les ocurre una sola cosa: el Matterhorn. Este fantástico ícono suizo se alza sobre Zermatt y atrajo visitantes por primera vez en la década de 1860. En el encantador pueblo de Zermatt no encontrará automóviles, pero sí sus tradicionales cabañas marrones y callejones sinuosos. (No te preocupes, no tienes que ir a pie a todos lados: hay vehículos eléctricos y carruajes de caballos). La temporada de esquí en la región suele durar hasta el principio del verano, pero cuando el clima es más cálido, las condiciones son geniales para hacer excursiones.

Florencia es el sueño de un historiador de arte. La Galleria dell'Accademia desborda de obras de Miguel Ángel, que está sepultado dentro de las paredes pintadas al fresco de la Basilica di Santa Croce. Los fotógrafos en ciernes pueden tomar fotos del puente Ponte Vecchio, y los compradores serios pueden pasar una tarde de dicha recorriendo las tiendas de la Piazza Santo Spirito. El tipo de cocina toscano rinde homenaje a la generosidad de la región. Pasa un trozo de pan crocante por un plato de aceite de oliva y de inmediato te vas a transportar a tu lugar más feliz.

Abrazada a una roca casi vertical en la costa de Amalfi, Positano es el colmo de lo pintoresco. Pese a su popularidad como ciudad turística, sigue conservando su carácter único. Destaca por sus edificios de arquitectura árabe que se elevan sobre empinadísimas calles. La moda ocupa un lugar preferente en esta ciudad, con pequeñas boutiques donde los visitantes encontrarán moda playera que exhibir. A poca distancia se encuentran Ravello, Capri e Ischia, a los que se accede en barcos que salen todos los días.