En Santander, disfruta de las hermosas playas de Playa de la Magdalena y El Sardinero, el centro histórico de la ciudad y un planetario épico, todo mientras disfrutas del glorioso aire de la costa. Por supuesto, hay muchas catedrales hermosas de estilo gótico que te impresionarán e inspirarán.

Situado a los pies de los Pirineos occidentales, cerca de la frontera con Francia, el País Vasco español comprende tres provincias: Guipúzcoa y la popular capital costera de Donostia-San Sebastián; Vizcaya, cuya capital es Bilbao, alberga el asombroso Museo Guggenheim diseñado por Gehry, y Álava, cuya capital es Vitoria-Gasteiz, rebosa de arquitectura medieval. Correr los encierros de Pamplona y beber vino de Rioja de las bodegas de la zona forman parte del exótico romanticismo de la región. Viaja a principios de verano y en otoño para evitar las aglomeraciones.

Bilbao es el mayor puerto de España, y su sexta ciudad más grande. Miles de visitantes se acercan hasta ella solo con el firme propósito de ver el edificio que aloja el museo Guggenheim, aunque cabe decir que la ciudad tiene muchos otros museos interesantes, si bien no tan célebres. Si lo que te apetece es un poco de cultura y buena comida, no te lo pienses más.

Rajkot está llena de templos, ashrams, lagos y jardines deslumbrantes. El Museo de Muñecas de Rotary es una colección única de títeres y figuras de todo el mundo. Disfruta de un partido en el Campo de Cricket de Madhavrao Scindia, da vueltas en una clase de la clásica danza garba o explora los monumentos de la época colonial del Jardín del Jubileo.

¿Dónde puedes encontrar cascadas impresionantes, piscinas naturales resplandecientes y formaciones rocosas alucinantes? En el parque nacional de la Chapada dos Veadeiros. El parque, situado en el centro de Brasil, es conocido por sus senderos (Sete Quedas, dos Saltos, dos Cânions y da Seriema), por los que los visitantes pueden pasear entre la naturaleza mientras contemplan tucanes, armadillos y otra fauna autóctona. Otros destinos que no puedes perderte son las rugientes cataratas de Prata y Santa Bárbara, enmarcadas por árboles bañados por el sol y con aguas profundas de color esmeralda.