Si piensas en pueblos de montaña con encanto en los Alpes franceses, probablemente se te venga a la mente Bourg-Saint-Maurice. Las callejuelas estrechas y empedradas rodeadas por coloridos edificios te transportan al pasado, con tiendas locales que sirven especialidades saboyanas. En los meses más fríos, los esquiadores llegan en masa para disfrutar de algunas de las mejores pistas de esquí de la zona. Y, cuando la nieve por fin se derrite, hay todo un mundo por descubrir: abundantes montañas verdes listas para practicar senderismo y ríos de aguas cristalinas que son perfectos para practicar piragüismo o descenso de aguas bravas.

Lleve su camello hasta sus aposentos en este oasis situado al suroeste de Túnez, que es el hogar de 200.000 asombrosas palmeras. Tozeur, ciudad que ha disfrutado de una larga prosperidad debido a su privilegiado enclave, en la intersección de las rutas de caravanas de camellos que pasan por el Sahara, es conocida por sus ricos dátiles de la variedad Deglet Nour, su arquitectura a base de ladrillo de color beige, y su medina (Ouled El Hwadef) del siglo XIV, donde el fascinante Museo de Dar Chariet alberga muchos artefactos antiguos, incluyendo joyas y cerámica. También Tozeur fue escenario para la grabación de las diferentes partes de la película “La Guerra de las Galaxias”.

Montreal, c’est si bon! Esta ciudad de habla francesa se considera la capital cultural de Canadá y es una celebración cosmopolita del estilo de Quebec. Un paseo en carruaje tirado por caballos recorriendo las calles de piedra y los importantes edificios de Vieux-Montreal te hará sentir un poco el sabor europeo. La Basílica de Notre-Dame es una creación de vitrales, y el distrito Plateau Mont-Royal te va a deleitar con sus singulares boutiques y cafés. Zambúllete en un plato enorme de poutine y llénate de energía para un tour por el épico Olympic Park.

Desde sus orígenes en 1633 como establecimiento comercial en el río Connecticut, Hartford no sólo se ha convertido en capital de estado sino también en la capital de los seguros del mundo, y dispone de una variada oferta histórica, un próspero centro de arte y entretenimiento, una revitalizada zona de ocio frente al río y unos parques y jardines públicos preciosos. Aquí fue donde nacieron los adorables Huck Finn y Tom Sawyer, en la imaginación del célebre escritor Mark Twain, que fueron inmortalizados en papel durante los años que el escritor pasó en Hartford. Las casas de Twain y de figuras literarias como Harriet Beecher Stowe y Noah Webster están abiertas al público. El Ateneo Wadsworth, el museo de arte público más antiguo de Estados Unidos, alberga mobiliario de los primeros colonizadores, una colección del barco Amistad y un sistema especial de búsqueda de tesoros para que los niños disfruten de las obras del museo. Si viene a finales de junio o principios de julio, encontrará los jardines de rosas de Elizabeth Park floreados; en otoño, por contra, reinan los colores brillantes de las hojas, y en primavera encontramos jardines llenos de color y árboles en flor. Si lo desea, puede disfrutar de una vista aérea de la ciudad subiendo a la torre de observación Travelers Tower, desde la que también podrá observar a los dos halcones residentes.