Si piensas en pueblos de montaña con encanto en los Alpes franceses, probablemente se te venga a la mente Bourg-Saint-Maurice. Las callejuelas estrechas y empedradas rodeadas por coloridos edificios te transportan al pasado, con tiendas locales que sirven especialidades saboyanas. En los meses más fríos, los esquiadores llegan en masa para disfrutar de algunas de las mejores pistas de esquí de la zona. Y, cuando la nieve por fin se derrite, hay todo un mundo por descubrir: abundantes montañas verdes listas para practicar senderismo y ríos de aguas cristalinas que son perfectos para practicar piragüismo o descenso de aguas bravas.

En el centro de Trois Vallees, la mayor zona de esquí del mundo, Meribel proporciona fácil acceso a todos los alrededores y a sus más de 643 Km. de pistas. Dentro del mismo Meribel, el Altiport es para principiantes, mientras que Saulire y Tougnète son de uso mixto, y Mont du Vallon presenta pistas largas, empinadas y de nivel avanzado con un precioso telón de fondo.

Cuando la mayoría de las personas piensan en Zermatt, se les ocurre una sola cosa: el Matterhorn. Este fantástico ícono suizo se alza sobre Zermatt y atrajo visitantes por primera vez en la década de 1860. En el encantador pueblo de Zermatt no encontrará automóviles, pero sí sus tradicionales cabañas marrones y callejones sinuosos. (No te preocupes, no tienes que ir a pie a todos lados: hay vehículos eléctricos y carruajes de caballos). La temporada de esquí en la región suele durar hasta el principio del verano, pero cuando el clima es más cálido, las condiciones son geniales para hacer excursiones.

Las orillas del lago Ginebra han atraído a visitantes e invasores desde hace milenios. La alegre ciudad de Ginebra se encuentra en la orilla occidental del lago, rodeada por el marco incomparable que constituyen las majestuosas cimas cubiertas de nieve. La ciudad resulta perfecta para recorrerla a pie; si desea explorarla más a fondo, alquile una bicicleta. El colofón de cualquier itinerario debería ser la visita de la orilla del lago y su famoso surtidor, el reloj floral del Jardín Inglés, la catedral de San Pedro, el Muro de la Reforma, la Place Neuve y la sede de las Naciones Unidas.

No debe confundirse con la ciudad cercana de Windermere: el pequeño pueblo de Bowness-on-Windermere se encuentra a orillas del lago más grande de Inglaterra. Los ferris salen desde aquí para cruzar el lago Windermere, mientras que las tradicionales casas de campo de piedra, los pubs frente al lago y un animado puerto de pesca tientan a los viajeros a quedarse un poco más de tiempo.

Fachadas blanqueadas, playas inmaculadas y monumentos históricos de siglos de antigüedad hacen que Conil de la Frontera sea un destino destacado de la costa atlántica de España. Esta playa, que es históricamente popular entre los viajeros españoles, comenzó a atraer atención internacional con su mezcla de vida nocturna activa y cultura costera tradicional.

Conquistar Nueva York en una visita es imposible. Por eso, visita lo imperdible: el edificio Empire State, la Estatua de la Libertad, el Central Park, el Museo de Arte Metropolitano; y luego explora lo menos conocido con visitas a The Cloisters o a una de las bibliotecas de la ciudad. Disfruta de las tiendas bohemias del West Village o la fina gastronomía del Upper West Side. El bullicioso mercado de la estación Grand Central te da un sabor literal de lo mejor que la ciudad tiene para ofrecer.

Wrightsville Beach, conocida por sus aguas azules cristalinas, sus enormes playas y su activo estilo de vida isleño, es ideal para quienes buscan practicar deportes acuáticos de primer nivel como el surf, el surf de remo o el piragüismo. Este pequeño pueblo de la costa, que puede recorrerse a pie, es el lugar perfecto para que los turistas disfruten del servicio de los hoteles, de las excursiones al spa y de hacer compras en las tiendas. Los restaurantes frente al mar ofrecen platos a precios razonables con productos frescos traídos directamente del mar o de la granja a la mesa . Puedes venir en cualquier momento del año, siempre encontrarás algo para hacer en la isla. Enriquece tu experiencia en la costa.

Milwaukee, situada en la orilla del Lago Michigan, es posiblemente más conocida por sus famosas destilerías y por el equipo de béisbol de los Brewers, aunque la ciudad ofrece mucho más que cerveza y béisbol. Milwaukee tiene una rica historia y cuenta con una rica oferta cultural, lo que la convierte en un lugar perfecto para pasar un agradable fin de semana. Visite el recientemente ampliado Museo de Arte de Milwaukee o la Mitchell Park Horticultural Society, que cada año alberga una exposición de la flora y la fauna que se observan en las pinturas de Georgia O'Keefe. Los interesados en la historia de la ciudad pueden visitar la gran Pabst Mansion, antiguo hogar de uno de los barones de la cerveza más famosos de la ciudad, o bien el Museo Público de Milwaukee, donde podrán ver cómo se vivía en la antigua Milwaukee. Si viaja con niños, visite el Zoológico del Condado de Milwaukee o el Museo Infantil Betty Brinn. Por supuesto, un viaje a la "Genuina Ciudad Americana" no sería completo sin una visita a la destilería Miller y sin presenciar un partido de los Brewers en el Miller Park.