A pesar de su arquitectura barroca y su centro histórico antiguo, Linz es sorprendentemente contemporánea. La ciudad norteña ofrece una escena cultural ultramoderna, ejemplificada por un centro artístico electrónico futurístico y un museo de arte moderno con fachada de vidrio, ambos a la orilla del río Danubio.

Se podría decir que Mozart ha marcado su pasado y presente. Salzburgo, cuna del compositor, atrae a miles de visitantes por sus fuertes vínculos con el músico y por sus lugares de interés. Visita Hohensalzburg, una imponente fortaleza, o su castillo, que cuenta con cañones y mazmorras. Pasea por su casco histórico medieval o Altstadt y visita el complejo arzobispal. Las visitas guiadas por los emplazamientos en los que discurre la película Sonrisas y Lágrimas te llevaran a Grossess Festspielhaus o a la casa natal de Mozart. Adquiere la tarjeta de transporte para viajar gratis en autobús y conseguir descuentos en las entradas.

Si vives el esquí e incluso lo respiras y te alimentas de él, tu paraíso está en Obertauern: un pequeño microcosmos de alta montaña donde puedes ir (esquiando, por supuesto) desde la puerta de tu acogedora cabaña u hostal directamente a las pistas. ¿Te sientes con fuerzas? Completa el “Circuito Tauern” de remontes y pendientes de esquí que rodean el pueblo. Cuando te canses del esquí, podrás recuperarte en los alegres restaurantes y refugios.

Denominada Sørlandet, la Costa Sur de Noruega es conocida por tener un litoral rocoso, por sus casas encaladas y por su idílico archipiélago. Está cálida zona del país atrae la atención de muchos ciudadanos que desean pasar aquí sus vacaciones estivales. Kristiansand, la ciudad más grande de aquí y la quinta en toda Noruega, cuenta con muchas playas de gran belleza, un zoo que bien merece la pena visitar, de hecho es la atracción más visitada de Noruega, así como un buen número de edificios históricos, que datan del periodo en el que se fundó la ciudad, allá por el siglo XVII, y se encuentran en Posebyen, el casco antiguo de la ciudad.