Yo no elegí la pousada, ella me eligió a mí. Me insertó en plena mata selvática, en el verde, en desayunos al aire libre con familias de monitos y ardillas, en arrullos de la cascada, en la amorosa comida casera de la tierna Rita, en las impetuosas anécdotas de viaje de Rodrigo y sus imperdibles tips sobre sus ya tan... Más