Hace 33 años que llegué a vivir a Tijuana y conocÍ por primera vez el Yogurt Place. Desde entonces me enamoré de muchos de su platillos (pitas, sopa de frijol que hoy es sopa Raúl, chilaquiles...) y aunque ya no vivo en Tijuana desde hace...muchos años, hemos ido a comer en repetidas ocasiones cada que venimos a visitar a la familia. Hoy fuimos a comer porque yo tenía un antojo brutal de pita de pollo. Primero... éramos más de cinco y nos tardaron mas de media hora en entrar, aun cuando no había mucha gente. Una vez que entramos y ordenamos... primero me trajeron una sopa de tortilla que desde que ordené especifiqué que era para compartir, cuando llegó la sopa venía todo el plato escurrido y hasta con una servilleta en el plato extendido para contener el liquido. Pedí que me hicieran favor de dividirla en cocina y me regresaron el plato (obviamente mas escurrido) diciendo que no podían hacerlo y me trajeron un plato para dividirla yo misma. Cosa que no fue del todo práctica. Aunque en ese punto puedo creer que es un asunto de normas de higiene por COVID. Ciertamente la sopa estaba deliciosa, eso no lo negaría jamás. Mi abuela pidió la comida del día y su plato fe chile relleno traía “doble rabo”. Por alguna razón de n el plato venía un rabo más de chile. Como si se hubiera desprendido de otro chile o algo así (pero mi abuela realmente pensaba que alguien se había comido otro chile y que ese rabo era de alguien más). Les pedimos que vieran qué había pasado y lo que hicieron fue quitar el otro rabo y ponerle más salsa. Sin decir nada. Luego trajeron mi pita de pollo, que desafortunadamente no era ni la sombra de la pita que hacían antes. Tenía mucho pollo, eso sí, pero tenía dentro de medio pan de pita (que es lo que trae el plato) toda una rodaja de cebolla entera (o más bien dicho mucha rodajas de cebolla) y una de tomate, mas una hoja de lechuga. La comida no estuvo mal. Pero definitivamente no se acerca a lo que fue. Le falta espíritu, le falta pasión, le falta amor al prepararlo. Y para cerrar con broche de oro al pagar no se nos permitió usar más de una tarjeta de crédito por cuenta. Lo que no entendimos es qué hacen si alguien no trae efectivo. Nosotros juntamos entre los que íbamos para pagar en efectivo lo que restaba pues sólo se permitió el uso de una tarjeta.Cuando le preguntamos a la persona de caja al respecto, respondió con una actitud bastante cortante y sobre todo muy grosera. Realmente su actitud me dejó un muy mal sabor de boca. En general quedamos invitados a no regresar. Lamentablemente pues teníamos muy buenos recuerdos del lugar. Ojalá los dueños pongan más empeño en la calidad de su servicioMás