Después de un largo día haciendo turismo y yendo por unos mercados de Navidad, mi esposa y yo metimos en aquí en nuestro camino de regreso a nuestro apartamento. Un quemador de madera resplandecía, haciendo una era hogareño enseguida. El dueño hablaba conmigo en Alemán...(Berlín es, después de todo) he dicho que estamos en inglés y como casi todo el mundo más en esta fantástica ciudad, él respondió con un inglés perfecto. Teníamos un Berliner Kindl cada una. Encantador. Un perro llamado Max estaba allí, habiendo algunos de nosotros entonces saltos revuelo en una de las sillas de cuero y escalofríos! ! El dueño llegó y se sentó con nosotros, preguntando donde estamos. Era muy agradable para charlar. Algunos paisanos en el bar y otro par en el otro lado del pub. Es pequeño pero muy acogedor. Me quitó la vuelta de la esquina por una pizza después regresé para una rápida Amoretto antes de regresar al apartamento. Un pequeño pub agradable, encantador anfitrión, log fogones y fría lager. ¿Qué más quieres en una noche fría de noviembre?Más
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