callejones adoquinados, antiguos elevadores de
barriles de cerveza e incluso enormes marmitas donde
hierve a fuego lento sopa elaborada con ingredientes
ecológicos. Se aprecia cierto parecido con Berlín por
su arte callejero; las cafeterías asombrilladas
recuerdan a París y, como reminiscencias de Roma,
encontrarás sitios para comer ubicados en los sitios
más insospechados. Si te apetece hacer una pausa y
cruzar el río Yarra hasta Southbank, camina por el
paseo, disfruta del sol mientras tomas algo en un bar
ribereño y decide si prefieres ir al casino, que se
encuentra a poca distancia, o reservar una entrada
para asistir a una obra de la compañía de teatro de
Melbourne.