Había oido hablar mucho de este pueblo , así que de regreso a casa, hicimos un pequeño bucle para poder visitar este pueblo tan halagado. Menuda decepción.
Parecía un pueblo fantasma:solo 3 librerías abiertas, 2 mesones sin nada de vidilla y las casa cerradas a cal y canto .
Muy amable la persona que lleva el centro que depende de la Diputación , donde es una enoteca-museo del vino, pues la Oficina de Turismo a las 12:30-13:00 de un domingo de septiembre estaba cerrada.
A lo mejor no era el día, pero sinceramente creo que no volveré.
Lo unico positivo es que han recuperado un pueblo, pero en mi opinión mucho ruido y pocas nueces.