La habitación que nos dieron fue muy grande y cómoda. El edifico tenía piscina privada, y había muy pocos otros clientes por la temporada, entonces casi que teníamos el edificio y la piscina solo para nosotros, mi amiga y yo.
Las vistas desde las habitaciones y el restaurante son increíbles, se ve la montaña y el mar. Vimos dos diferentes tipos de tucanes, lapas, pavas y mucha vegetación.
El trato y el servicio del staff fue muy bueno. El personal del restaurante es muy atento y siempre estuvieron al pendiente de si necesitábamos algo más.
La comida estuvo muy muy rica. La entrada de tratar de atún es uno de los platillos más ricos que he probado en mi vida, lo juro!
En el edificio de habitaciones donde nos quedamos había parque, espacioso y cómodo. Dejamos el carro justo al lado de las habitaciones, había espacio para unos 7 carros.
El lugar es ideal para una escapada de pareja, muy privado y cómodo.