Lo que más nos gustó fue que las habitaciones eran amplias (teníamos un duplex con dos pisos), así como la distancia del hotel al resto de pueblos del País Vasco incluido el País Vasco francés, ubicación en un polígono cerca de un hipermercado y algunas tiendas así como de la gasolinera. Nos ofrecieron en recepción a nuestra llegada renunciar a la limpieza de la habitación a cambio de tener el desayuno gratis, sin embargo, este en lugar de ser gratis para todos los miembros de la habitación solo era para 1 (algo bastante incomprensible ya que la habitación se paga por el número de personas que haya en ella). El precio del desayuno es de 10.50€ por persona, exagerado para lo que se ofrece. Buen detalle el de tener una máquina de cafés e infusiones gratis en la recepción, podrían incluir un microondas o un hervidor. Pocos, por no decir ninguno, amenities en la habitación, ni vasos desechables para enjugarse. El sofá cama muy incómodo, se hace difícil dormir así, el colchón era prácticamente invisible, te apoyabas más en los hierros que en la propia "cama".