La relación calidad-precio es muy buena en este sitio con una clientela local constante (no es pequeño y había muchas familias y parejas). Carta de inspiración oaxaqueña, el lugar es sencillo (una casona venida a menos que exhibe unos bellísimos candiles). El servicio es muy atento, pero un poco lento. El mole negro (¡70 pesos una ración individual!), delicioso. Enormes tlayudas (para el centro y para varias personas son geniales). Muy rica horchata estilo Oaxaca con melón y nuez picada. Los baños están limpios pero no huelen bien.
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