No parece una franquicia. Es el mejor elogio que se le puede hacer. Pulpo que sale de la pota a la mesa de corte y al plato, bien servido en su plato de madera, rociado con un buen aceite de oliva y por encima un pimentón más que correcto y con la sal justa también. Algo tan fácil no en todas partes lo sirven bien. Ojo con esto: el pan está buenísimo, contrariamente al 90% de los restaurantes asturianos por no decir españoles, que tienen con el pan una guerra desde épocas remotas, con lo cerca que está Francia y no aprendemos (lo del pan, digo). Tienen Ribeiro en su tacita y jarra. Camareras y camareros que se esmeran aunque ya sabemos cómo es eso en España: parecen roller skates...
¿Es el propietario o administrador de este establecimiento? Solicite su perfil gratis para responder las opiniones, actualizar su perfil y mucho más.