He estado en muchos hoteles de este tipo, rurales con SPA, que están galardonados con la máxima distinción hostelera y ninguno tiene el nivel de servicio que tiene este. Nada más llegar, te atiende personalmente un empleado de recepción que te explica todo en cafetería mientras te agasajan con una copa de bienvenida. Te aparcan el coche y te suben las maletas para que no tengas que ocuparte de nada. La habitación es perfecta: hilo musical, baño con excusado y videt separados, chorro de ducha potente, cosméticos de BVLGARI. La habitación tiene una vinoteca con dos vinos de cortesía. Te reciben con un detalle de bienvenida. Todas las noches te dejan en la almohada bombones o un detalle, la meteorología del día siguiente y un cuento. Te cambian las toallas siempre que entran en la habitación. El restaurante es magnífico: lo lleva un Chef que ha estado en Atrio. Desayuno espectacular. Piscina exterior maravillosa. El spa es de los mejores en los que he estado: es pequeño pero poco concurrido y, en vez de muchos tipos de chorros repetitivos, tiene los justos, que funcionan bien, y tres tipos de sauna incluidas en el circuito (en otros sitios tienes que pagar aparte). Te dan agua mineral de cortesía continuamente. Los tratamientos muy por encima de la media. Te dan zumo de naranja natural al acabar, no un té. Son innumerables los detalles, por lo que no puedo describir todo (secador de...He estado en muchos hoteles de este tipo, rurales con SPA, que están galardonados con la máxima distinción hostelera y ninguno tiene el nivel de servicio que tiene este. Nada más llegar, te atiende personalmente un empleado de recepción que te explica todo en cafetería mientras te agasajan con una copa de bienvenida. Te aparcan el coche y te suben las maletas para que no tengas que ocuparte de nada. La habitación es perfecta: hilo musical, baño con excusado y videt separados, chorro de ducha potente, cosméticos de BVLGARI. La habitación tiene una vinoteca con dos vinos de cortesía. Te reciben con un detalle de bienvenida. Todas las noches te dejan en la almohada bombones o un detalle, la meteorología del día siguiente y un cuento. Te cambian las toallas siempre que entran en la habitación. El restaurante es magnífico: lo lleva un Chef que ha estado en Atrio. Desayuno espectacular. Piscina exterior maravillosa. El spa es de los mejores en los que he estado: es pequeño pero poco concurrido y, en vez de muchos tipos de chorros repetitivos, tiene los justos, que funcionan bien, y tres tipos de sauna incluidas en el circuito (en otros sitios tienes que pagar aparte). Te dan agua mineral de cortesía continuamente. Los tratamientos muy por encima de la media. Te dan zumo de naranja natural al acabar, no un té. Son innumerables los detalles, por lo que no puedo describir todo (secador de pelo en la habitación de verdad, periódico gratuito y personalizado por la mañana, trato excelente...). Para sibaritas Más
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