Llegamos a las 13 hrs a almorzar (el local cierra a las 15:00 hrs) y ya no contaban con pollo, y varias cosas de su menú, presenciamos como uno de sus meseros atendió de forma bruta a una familia de extranjeros con niños y aunque el anfitrión salió a disculparse con ellos, fue incomodo escuchar toda la conversación.
Pedimos tacos caribeños (de pescado) y guacamole, sobre el sabor no podemos decir nada negativo. Estaban buenos, solo nos falto limón, pero al pedir nos trajeron. Ademas para beber pedimos una jarra de limonada la cual estuvo muy buena también.
Precio calidad acorde, solo creo que deberian preveer no quedarse sin insumos, ya que de la carta que tienen, nos dieron un listado de cosas que ya no tenian... ademas de conversar con el joven que no tenia la mejor actitud para atender y resolver dudas.
El anfitrión muy amable. Pagamos en caja ya que la cuenta no nos llegó en un buen rato.