No era lo que esperábamos. No sabíamos que vendían paquetes por día, y cuando fuimos eso estaba súper lleno, pero bueno, ese no es el gran problema, la cosa es que no controlan el ruido. Cada persona lleva su parlante y pone su música. No había ningún personal en la piscina controlando eso. Y eso que fuimos el domingo ya en la tarde, para el lunes y martes, fue otra cosa. Pero uno como huésped no se siente en el hotel que piensa, sino en un tipo de balneario público. La gente deja todo sucio, y tampoco se ve nadie regulando esa situación. Y también pasó algo que nunca había visto en otro hotel: le cobran a uno por las sillas de la playa. ¡Eso es el colmo!
Habíamos comprado un paquete que incluía todo: desayuno, almuerzo y cena, y cuando llegamos nos dicen que no es así, que solo desayuno. Mi esposo y yo pensamos: anda entendimos mal, pero cuando llegamos a la habitación consultamos el mensaje en el email de reserva y allí decía claramente que incluía todo. Nos dirigimos de nuevo a la recepción y bueno, lo corrigieron, pero eso nos pareció terrible. Si mi esposo y yo no verificamos eso se queda así. Terrible.
Cuando estábamos vimos que la habitación de al lado se les inundó a los huéspedes vecinos. Y bueno, todo queda muy lejos, nunca pudimos desprendernos del carro, pero eso ya tiene que ver con los espacios del hotel, pero eso no me gustó. No creo que vuelva.
Si usted está buscando tranquilidad, esta no es la opción.