Es una casa preciosa llena de todo tipo de detalles que invitan a quedarte y a disfrutarla.Sus maravillosas anfitrionas la hacen todavía mas especial,pendientes en todo momento de hacerte sentir mejor que en tu propia casa.

Pasamos unos días en septiembre y nos fuimos encantados. Ibamos con una niña de 14 meses que disfrutó de toda la casa, de los perros y gato, la piscina, la fuente...
La casa es sencillamente genial. Grandes ventanas y espacios abiertos: una piscina semi cubierta que mantiene la temperatura del agua, un jacuzzi exterior (que no llegamos a probar) y una zona de relax alucinante.
Aunque si esto estuvo muy bien, lo mejor de todo fue la hospitalidad, el cariño y el trato recibido por Merche, por su hija Ana, su madre y por la chica que les ayudaba. Unos desayunos con unos bizcochos que hacía Merche riquísimos y un picnic genial. Además, nos hizo muchas recomendaciones sobre sitios que visitar y así poder aprovechar mejor los pocos días que estuvimos.
Totalmente recomendable y de los sitios que volveríamos sin dudarlo.

Ha sido una estancia estupenda de verdad. La casa es preciosa y está muy bien situada: está a las afueras del pueblo con lo cual las vistas a la montaña son muy alucinantes pero, a la vez, está cerca de todo y en 5 min andando se llega a la playa y a los restaurantes.
Las habitaciones, decoradas con muy buen gusto y cuidando hasta el más mínimo detalle.
Pero, sin duda, el secreto de esta casa reside en el buen hacer de Merche: de una forma sencilla, sin agobiar, muy discretamente, está atenta a todas las necesidades y detalles que hacen que la estancia sea fácil, divertida y super super cómoda:
Desde el desayuno mirando a las montañas, al picnic para la playa, los mojitos, barbacoas... Pero sobre todo, la sensación de que para Merche no existe el NO por respuesta: estudia todas las sugerencias y muchas veces, incluso se adelanta a lo que se te ocurre que puedas necesitar.
En resumen, la recomendaría sin dudar. Para nosotros ha sido maravilloso

Hemos estado mi pareja y yo los últimos días de Agosto y queremos agradecer a Merche y a Pepe, su hospitalidad, su amabilidad, su discreción, su saber hacer, ser y estar. Tanto la casa, cómo las instalaciones, cómo vosotros, son inmejorables. Gracias (Almudena / Javier)