El hotel está muy bonito, las instalaciones de lujo, muy grande, mucha vegetación, animales de la región, muchos bares, muchas albercas, muchos restaurantes, muchos camastros, muchos caminos que parecen laberinto pero después del segundo día te acostumbras.
Excelente atención por parte del equipo de animación sobre todo Verónica y Didi que en todo momento estuvieron al pendiente de lo que necesitábamos y nos orientaron cuando teníamos dudas.
Vero nos dió un recorrido para conocer las instalaciones y gracias a ella supimos muchas actividades que no conocíamos por ejemplo: la clase de mixologia, la de ceviche y la de margaritas que ella nos impartió haciéndola muy amena y divertida. Felicitaciones a Vero y Didi!
También nos comentó sobre la clase de pintura y con ella hicimos la reservación. En las actividades nocturnas disfrutamos las coreografías de Iris en la white party, en la fiesta latina, de Rock and roll. En el jueves de Karaoke nos la pasamos agusto todo muy bien organizado.
El restaurante Japonés Sumptuori excelente y sobre todo la atención de Víctor nuestro mesero y nuestro chef Eduardo Kawasaki que en conjunto nos hicieron tener una cena deliciosa y abundante felicitaciones para ellos.
Los restaurantes "el Dorado" y el italiano "Portofino" también con cena deliciosa y excelente atención. En el restaurante las olas que está en la playa la atención de una mesera alta y muy sonriente, que no recuerdo su nombre, nos dejó con una grata sensación así como la atención de Maritza que nos atendió en el área de la alberca.
Quiero mencionar las pocas áreas de oportunidad que encuentro como que no hay suficientes carritos para las personas que no son del TRS, que para hacer la reservación de los restaurantes temáticos se ocupan dos días de anticipación si son más de 1 habitación ya que no se puede hacer desde la aplicación y que el área de la playa tiene muchas piedras del mar que no permiten meterse libremente.
En general recomiendo ampliamente que visiten el hotel Grand Palladium!